jueves, 25 de febrero de 2016

Sonreír no cuesta


La verdad, no se si esto es una declaración de amor, de dolor, de vida... Pero lo hago por ti, porque yo se que sufres y no soporto ver a nadie pasándolo mal, me denomino a mi mismo un enviado de Dios, un ángel enviado por Dios para repartir felicidad y sonrisas entre todas las personas que pueda. Se que desde hace un tiempo lo estás pasando mal, muy mal, aunque lo niegues, tus muñecas no paran de chillarlo. Te sientes distanciada, las que antes eran llamadas 'tus amigas', hoy se ríen de ti a tus espaldas, pero es fácil, están todas muertas de envidia porque las encantaría ser un cuarto de lo que eres tú, ¿por qué crees que no te critican a la cara?. Ves a esa, la 'cabecilla' del grupo, está muerta de envidia por esos ojitos que tienes que levantan pasiones como bajan esperanzas. No te voy a decir que te enfrentes a todos ellos y ellas, solamente te voy a pedir que nunca dejes de sonreír, por mucha mal que venga, nunca, pero nunca, dejes de sonreír, se feliz, que bastante corta es la vida como para pasarla triste, y aunque pienses que si,
nunca estarás sola.

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